Decimos adiós a enero, parece increíble que haya pasado tan rápido y que sólo haga unos quince días que dejamos atrás las fiestas, seguro que tenéis sensación de que quedaba más lejano.
Entre carnavales y diversión, en febrero vamos a celebrar el amor por todo lo alto y volver a enamorarnos. San Valentín está a la vuelta de la esquina y un nuevo febrero estamos pensando qué regalar para obsequiar belleza, originalidad y lo más importante: felicidad a la o las personas que más queremos y amamos.
Si no tenemos pareja, podemos darnos un homenaje o regalar a familiares al que nos unan lazos especiales y así hacer feliz con un detalle a los que nos cuidan día a día.
Cuando recordamos el 14 de febrero, lo primero que pensamos en unas bonitas flores, en concreto rosas rojas, y bombones, pero así recurrimos a algo muy cotidiano a la hora de regalar en esta fecha señalada. Para sorprender realmente a la persona que amamos, debemos ser originales y demostrar que hemos pensado un poquito más; y qué mejor que regalar belleza y bienestar, un día dedicado a enamorar de nuevo a tu amor.
Por todo ello, el regalo ideal en un día tan especial como es este San Valentín es nuestra ‘LOVE BOX’ de Naturbell que incluye masaje relax y un tratamiento facial exprés que hará las delicias de tu pareja. (Solo 49€)
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Un poco de historia…
Muchos piensan que san Valentín se celebra desde hace poco y que surgió por el interés de los grandes centros comerciales, pero no es así, su origen se remonta a la época del Imperio Romano. San Valentín era un sacerdote que, hacia el siglo III, ejercía en Roma cuando gobernaba la ciudad el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios entre los jóvenes, porque en su opinión, los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras.
El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador. Por este motivo, celebraba en secreto matrimonios entre jóvenes enamorados (de ahí se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de los enamorados). El emperador Claudio II se enteró y como San Valentín gozaba de un gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó a palacio. San Valentín aprovechó aquella ocasión para hacer proselitismo del cristianismo. Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el gobernador de Roma, llamado Calpurnio, le persuadieron para quitárselo de la cabeza.
El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a Valentín. Entonces, el oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y, en nombre del Señor, le devolvió la vista. Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270. La joven Julia, agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos.